Exactamente no sé el motivo por el que se adjudica esta pieza de carne a la cocina italiana y parece que solo se puede comer a la milanesa. Nada mas lejos de la realidad, cocinándola bien se puede hacer de la manera que mas nos guste, con la salsa que mas se adapte a nosotros, eso sí, hay que echarle tiempo para dejar la carne tierna y melosa, lo que nos llevará una hora y media aproximadamente, pero al final el resultado es muy bueno.
Ingredientes:
- 1 pieza de carne de unos 350 o 400 gr.
- 1/2 cebolla mediana
- 2 dientes de ajo
- 1 tomate maduro
- 50 gr. de pimiento verde
- 50 gr. de pimiento rojo
- 50 gr. de zanahoria
- 1/2 l. de caldo de carne
- 1 vaso de vino blanco
- 1 patata
- 1 cucharada de harina
- Sal
- Pimienta negra
- Aceite de oliva virgen extra
- Empezamos por picar muy finamente las verduras para que prácticamente se deshagan en el transcurso de la cocción. Una vez las tenemos picadas, salpimentamos y enharinamos los osobucos levemente y los marcamos en una cacerola amplia con aceite bien caliente, los retiramos y reservamos, si no queréis que se retuerzan hacerles unos cortes el os lados. En la misma cacerola añadimos un poco mas de aceite y sofreímos todas las verduras a las que pondremos un poco de sal y pimienta, cuando estén bien pochadas, añadimos el tomate y dejamos que se haga bien eliminado todo el agua, llegado ese momento, desglasamos con el vino y cuando se haya eliminado el alcohol añadimos lo osobucos reservamos, cubrimos bien con el caldo y dejamos cocer a fuego lento durante una hora y media.
- Mientras se hace la carne, pelamos las patatas y cortamos, primero en rodajas finas y después en palitos finos también, metemos en un bol con agua dejando que suelten el almidón. Colamos las patatas, las secamos con un paño o papel absorbente y las freímos en abundante aceite caliente pero no demasiado, se deben ir riendo poco a poco para que queden crujientes. Es mejor hacerlas por tandas y moviéndolas bastante evitando así que se peguen, cuando empiecen a dorarse las sacamos sobre papel de cocina para que dejen el exceso de aceite.
- Solo queda un paso, presentarlo y darnos el gustazo de comerlo, no os olvidéis del tuétano que encontramos dentro del hueso, untado en pan es espectacular.
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