Cuesta créelo, algo tan sencillo, tan bueno, tan recurrente y que la mayoría vayamos a comprarlo, con el problema de que tengamos que comprar el pollo entero y suframos la pechuga casi siempre seca. Compremos el bicho entero lo troceamos al gusto, sacamos mas partido y preparamos cada parte como corresponde. De un buen pollo de corral entero he sacado estos estupendos cuartos traseros que nos van hacer llorar cuando nos los comamos, hacerme caso, si el presupuesto no llega para pollo de corral, pues pollo normal que tratado con el mismo cariño también nos deleitará. En este caso los preparo en cazuelas individuales, pero es mas por estética que por otra cosa, en una fuente mas grande se puede preparar juntos sin problema alguno.
Ingredientes para dos:
- 2 cuartos traseros de pollo
- 1 patata hermosa o dos medianas
- 2 dientes de ajo
- 2 hojas de laurel
- Sal
- Pimienta
- 1 vaso de vino blanco seco
- Pelamos, lavamos y cortamos las patatas en rodajas mas bien finas y las colocamos en las cazuelas o fuente bien repartidas, añadimos el ajo sin pelar ligeramente machacado y el laurel (si los preparamos juntos con una hoja es suficiente), ponemos medio vaso de vino en cada cazuela o todo en la fuente, sal pimentamos, colocamos el pollo encima, ya salpimentado por los dos lados, pinchamos con un palillo la piel para que suelte bien su juguillo e introducimos en el horno precalentado a 120º durante una hora, vigilando de cuando en cuando, tener en cuenta que cada horno es un mundo. Cuando veamos que la piel está bien tostada, es la señal de que lo tenemos en su punto podemos disfrutarlo con una buena ensalada o sin ella, está para llorar de gusto, mirar el resultado una vez acabado el proceso.
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