El resultado de este plato es una autentica maravilla, si bien hay que armarse de paciencia para prepararlo, no es en absoluto difícil pero necesita mucho tiempo para conseguir que quede meloso, suave y tierno. Si hay algo que os puedo asegurar es que vale la pena la espera, siempre que os guste el cochinillo claro está. La forma ideal de prepararlo es envasándolo al vacío, pero si no tenéis envasadora, se puede hacer al horno a baja temperatura.
Ingredientes para dos personas:
- Una pieza del costillar de unos 500 gr.
- Sal
- Pimienta negra molida
- 1 hoja de laurel
- 1 rama de tomillo
- Una bolsa de patatas chips
- En este caso, empezaremos por envasar al vacío la pieza del costillar con 10 gr. de sal y pimienta, la hoja de laurel y el tomillo. Yo tengo un robot de cocina en el que se puede controlar muy bien la temperatura, si no tenéis al similar habrá que hacerlo al horno. Se mete la pieza envasada en el contenedor del robot, se cubre de agua se ajusta la temperatura a 80º y 9 horas de tiempo. En el horno no se envasa, se coloca en un recipiente, con la pimienta, la sal, el laurel y el tomillo, se tapa con papel de aluminio y se deja durante 6 a 7 horas a 90º, controlando a partir de la quinta. El resultado de esta cocción es una carne muy tierna y melosa al igual que la corteza que no resultaría atractiva en el plato, pero esto tiene fácil solución y una salsa muy ligera en ambos casos.
- Quitamos el hueso de la pieza que se desprenderá con mucha facilidad, si no es así es que no está bien hecho. Una ves libre del hueso, partimos la pieza en dos raciones, las colocamos en una bandeja de horno y las metemos en el mismo en función grill en su función suave hasta que veamos que la corteza esté dorada y crugiente. Lo emplatamos con su salsita y acompañamos con unas patatas chips. En el caso del cocinado mediante el envasado al vacío, la salsa tiene un sabor mas concentrado ya que son los jugos propios de la carne.
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