De sencillo parece imposible que esté tan bueno. Se puede preparar de muchas maneras, pero creo que esta que os propongo, es de las mas sencillas y respetuosa con los sabores auténticos de cada unos de los productos, que como veréis son fáciles de recordar.
Ingredientes:
- 1 kg. de alcachofas
- Sal
- Agua
- Jamón ibérico (tan bueno como podáis)
- Aceite de oliva virgen extra
- Pimienta negra
Como ya os he dicho es tan fácil, que parece increíble:
- Cogemos las alcachofas, tal cual, sin limpiar, las metemos en una cacerola y las cubrimos de agua, echamos un poco de sal y las ponemos al fuego. A partir de que empiecen a hervir las dejamos 12 minutos, no mas, las dejamos enfriar y entonces le quitamos las hojas duras y los tallos, igual que si las limpiáramos antes de cocerlas. Las cortamos a cuartos, pasamos por una satén muy caliente con una cucharada de aceite y las ponemos en el plato de servir. Tened en cuenta que con este sistema de cocción, las alcachofas no se ponen negras, por lo que no es necesario usar ningún antioxidante como por ejemplo el limón al que casi siempre se recurre, pero que siempre vicia el sabor autentico de la alcachofa.
- Acto seguido le echamos el jamón cortado a tiras finas por encima, añadimos un poco de sal, pimienta negra recién molida y un chorrito de aceite. Tened en cuenta que con el calor de las alcachofas, el jamón se templará y soltará todo su aroma y sabor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario